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Los ojos son la lámpara del cuerpo.

«Los ojos son la lámpara del cuerpo. Si tu ojo es bondadoso, andarás en la luz; pero si tu ojo es maligno, estarás sumido en la oscuridad. Y si tu luz no es más que oscuridad, tu oscuridad ¡qué negra debe ser!»

Mateo 6:22

La visión es un regalo que Dios te ha dado, así como los demás sentidos que te ayudan a conocer el mundo físico que te rodea. Tal vez hayas experimentado el placer de contemplar la vista de una ciudad al subir a un lugar alto, o de un valle desde una montaña. A esto se le llama “Visión panorámica”. Pero te has preguntado, ¿Qué harías tu si no pudieras ver?

En la antigüedad si una persona perdía la visión, lo perdía todo. Hoy al igual que ayer necesitas reconocer que puedes perder la visión si dejas de hacer aquello que Dios te mandó como discípulo de Jesús, o por falta de intimidad con tu Señor dejas de ver las cosas como Dios las ve. ¿Qué necesitas?

Si estás ciego, busca a Jesús

1) TE ATIENDE: «Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase». Marcos 8:22‭
Cuando se pierde la visión física, uno de los sentidos que más de desarrolla es el del tacto. Jesús no sólo te atiende, hace algo más…
2) TE GUÍA: «Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo.» Marcos 8:23
¿Ves bien? Sería la pregunta que te haría Jesús. Y tú, ¿Qué le responderías?
3) TE ESCUCHA: «Él, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan.» Marcos 8:24
¿Cómo ves a la personas? ¿Las ves realmente tal cual son, o por apariencia? ¿Cómo está tu obediencia a Jesús? ¿Está siendo él realmente tu Señor?
4) TE HACE MIRAR: «Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos». Marcos 8:25

Punto de acción

Cuando tienes dificultades para ver física o espiritualmente, puedes venir a Jesús. Él te hará ver lo que sólo Dios te puede mostrar. Entonces serás restablecido, y verás de lejos y claramente a todos.
¿Lo quieres? Entonces búscalo.

Lectura bíblica necesaria:
Marcos 8:22-29

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